top of page
top

Usarán Big Data para detectar dónde se esconde el Chagas

Dos ONG y una empresa utilizarán minería de datos para un mapa de la enfermedad. Analizarán documentos y llamadas telefónicas para precisar dónde no está bien diagnosticada.


Vivienda rancho. Son un indicador de presencia de vinchucas. Foto: La Voz

LA VOZ, 22 de julio de 2018 - Argentina no cuenta con un relevamiento certero y actualizado sobre la realidad del mal de Chagas. Se calcula que hay 1,5 millones de infectados y otros siete millones con riesgo de contraer la enfermedad. El dato es apenas una estimación, sin base científica.


La falta de información es reflejo de una situación que se arrastra desde hace varios años: el mal de Chagas es una enfermedad desatendida por el Estado.


Para echar luz sobre el cuadro nacional de este mal transmitido por la vinchuca, las fundaciones Mundo Sano y Bunge y Born, junto con la empresa Grandata, desarrollarán un mapa actualizado de riesgo de la enfermedad.


Para ello utilizarán Big Data, esto es, procesarán y vincularán grandes volúmenes de información pública de todo tipo. También analizarán llamadas telefónicas para modelar los movimientos migratorios, un factor clave para la expansión de la enfermedad.


“La intensificación del movimiento migratorio ha modificado la idea de que el Chagas es una problemática sólo circunscripta a los ranchos de la región chaqueña. De hecho, el sitio donde más pacientes hay es en el área metropolitana de Buenos Aires”, explica Diego Weinberg, subgerente de Mundo Sano.


En tanto, Antonio Vázquez Brust, líder del proyecto, asegura que hay una gran incertidumbre sobre cuántos serían los pacientes afectados por la enfermedad de Chagas.


“Si bien este estudio no logrará una cuantificación de los casos, sí servirá para determinar dónde están residiendo. Vamos a poder crear un patrón espacial”, explica.


Para lograr el mapa se realizará minería de datos a partir de fuentes públicas de información y de registros de llamadas telefónicas.


Las fuentes públicas serán series de datos de oficinas de censos y estadísticas, ministerios de salud provinciales, base de datos geográficos e información de diferentes efectores de salud como clínicas, postas sanitarias y hospitales.


También se tendrán en cuenta datos sobre la calidad constructiva de las viviendas, ya que son un buen indicador para determinar la presencia de la vinchuca en los hogares. Con los llamados telefónicos, se creará un patrón de movimientos migratorios que involucren la principal zona de riesgo de infección, la región chaqueña donde vive la vinchuca.


“Estos datos nos servirán para poder estimar si existen poblaciones más al sur del país donde podría haber portadores de la enfermedad que quizá ahora no están identificados porque el sistema de salud local no está preparado para diagnosticar y tratar esta enfermedad”, comenta Vázquez Brust.


La información de los registros telefónicos está encriptada, lo que mantiene el anonimato y asegura alta confiabilidad. De estos datos se pueden inferir atributos de edad y de género de la población a nivel geográfico, por ejemplo.


El mapa va a poder identificar zonas de riesgo donde se pensaba que no podía haber casos de mal de Chagas y así poder intervenir. Y también va a servir para saber dónde concentrar los recursos en las zonas en las que ya se sabe que la enfermedad existe.


Weinberg asegura que la enfermedad sigue siendo marginada por el Estado. “Hay un subdiagnóstico alarmante y unas tasas de tratamiento muy bajas. La enfermedad está caracterizada, se sabe cómo se transmite, hay tratamiento y existen leyes que regulan el acceso al diagnóstico y a la terapia, pero sigue siendo un problema sin un abordaje adecuado”, dice.


Los primeros resultados se conocerán a fin de año. “Contar con este mapa de riesgo permitirá establecer un diagnóstico certero y llevar adelante campañas de educación para la salud y la prevención efectivamente direccionadas”, afirma Gerardo Della Paolera, de la Fundación Bunge y Born.


Comments


bottom of page