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Sandra Díaz fue galardonada por la Fundación Bunge y Born


Ambiente. "Nos interese o no la ecología, todos estamos atravesados por la trama de la vida", dijo Díaz tras recibir su premio. (Fundación Bunge y Born)

LA VOZ DEL INTERIOR, 29 de agosto de 2019 - En 2018, la prestigiosa revista Nature la mencionó como una de las cinco personalidades de las ciencias to watch (para mirar) durante este año por coliderar un proyecto global sobre biodiversidad. Integra las academias de Ciencias de Argentina, de Estados Unidos y de Francia; es miembro honoraria de la Sociedad Británica de Ecología y de la Royal Society de Londres. Recibió, entre otros, los premios Cozzarelli, Margalef de Ecología, Senckenberg; este año, el Princesa de Asturias; todos galardones muy preciados en el mundo de las ciencias.


Recibida en la Universidad Nacional de Córdoba, la doctora en Ciencias Biológicas Sandra Myrna Díaz fue premiada ayer por la Fundación Bunge y Born, en un acto desarrollado en el CCK. “Este reconocimiento es otorgado a quienes desde hace años alertan sobre el mal uso de los recursos naturales y llega en un momento de grave crisis ambiental con foco en el Cono Sur”, se explicó desde la Fundación.


El jurado declaró a Díaz como ganadora por haber “jugado un papel fundamental en el desarrollo del concepto de diversidad funcional”. Junto con su equipo, presentó un trabajo muy valorado a nivel mundial: “La contribución de la naturaleza para la gente”, herramienta metodológica, formal, consistente y empírica acerca del tema.


“La naturaleza es patrimonio de todos y es una fuente constante de beneficios que necesitamos. Se puede hacer de ella un buen uso, siempre que tengamos mínimos reparos y precauciones, ya que la vida en la naturaleza se regenera rápidamente”, dice Díaz, también investigadora del Conicet.


En mayo, en París, copresidió con el científico alemán Josef Settele y el brasileño-estadounidense, Eduardo Brondízio el informe de la sesión plenaria de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes, por sus siglas en inglés). Allí se sostiene que el número de especies en extinción se acelera en todo el mundo, acercándose al millón, y detalla otros síntomas de deterioro de la naturaleza, con potenciales graves consecuencias para la humanidad.

El informe fue compilado y recopilado por 145 expertos del mundo, contó con la colaboración de otros 310 autores y está destinado a los tomadores de decisiones en todos los niveles –sobre todo gobiernos–, ya que considera que todavía se está a tiempo de torcer la tendencia actual hacia un deterioro generalizado de la naturaleza.



Amazonia bajo fuego


Díaz recibe el premio científico Fundación Bunge y Born (también el doctor en Ciencias Agropecuarias, Lucas Garibaldi) en momentos en que ocurre una tragedia ecológica: los incendios en la Amazonia. “Es un gran desastre ambiental provocado por razones evidentemente socioeconómicas”, le dijo Díaz a la agencia Télam.


“Cada ecosistema que desaparece nos empobrece a todos, por eso es tan grave. La Amazonia tiene una influencia muy importante para el clima y la hidrología de todo el continente americano”, agregó.


También dijo: “Está claro, tal como han mostrado los científicos brasileños, que los incendios no se deben a condiciones climáticas particularmente adversas, es decir, diferentes de años anteriores, sino que se relacionan directamente con cuestiones socioeconómicas y, en particular, con la línea política en el poder en ese país”.


“En círculos académicos, se habla de torcer la curva del deterioro de la Naturaleza. Es dar un volantazo. Es incorporar salvaguardas de la trama de la vida en los factores de decisión”, dijo la especialista tras recibir el premio en Buenos Aires.


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