Argentinos premiados por demostrar la importancia de la naturaleza para la vida humana
En medio de una de las mayores catástrofes ecológicas para el planeta, los incendios de la Amazonia, mañana distinguirán a dos investigadores nacionales por sus trabajos sobre la ecología y el rol de la preservación del medio ambiente.
SIN MORDAZA, 28 de agosto de 2019 - Los premios científicos Fundación Bunge y Born 2019 este año están dedicados a la investigación en ecología y medio ambiente y el reconocimiento principal se lo llevan dos expertos que desde hace años alertan sobre el mal uso que se hace del ambiente, y que llega en un momento de grave crisis de los recursos naturales, con foco en el Cono Sur.
Ellos son la doctora en Ciencias Biológicas Sandra Myrna Díaz (Universidad Nacional de Córdoba) por su demostración, valorada a nivel mundial, sobre la contribución de la naturaleza para la vida humana, y el doctor en Ciencias Agropecuarias Lucas Alejandro Garibaldi (Universidad de Buenos Aires), quien se destaca por sus estudios sobre los usos del suelo y los polinizadores.
Para la ciencia actual, la ecología es la disciplina que representa los mayores desafíos para la humanidad y aporta conocimientos fundamentales para contribuir a la sustentabilidad del planeta. Para eso estudia las relaciones de los organismos y el medio ambiente, a múltiples escalas, a partir de la observación y el análisis de fenómenos locales, regionales y mundiales.
La doctora Díaz, quien acaba de recibir también el premio de la Fundación Princesa de Asturias, y será galardonada con la distinción principal del Premio Bunge y Born, analiza la trama de la vida (biodiversidad) a través de las plantas. Presentó, junto a su equipo, un trabajo titulado “La contribución de la naturaleza para la gente”, que constituye la primera herramienta metodológica, formal, consistente y empírica sobre el tema.
“La naturaleza es patrimonio de todos y es una fuente constante de beneficios que necesitamos. El uso que podemos hacer de ella no es incompatible con el buen estado, siempre que tengamos mínimos reparos y precauciones, ya que la vida en la naturaleza se regenera rápidamente”, sostiene Díaz. “El tema es que hoy, los que se benefician a corto plazo hacen una fiesta, que después pagan otros, que pagamos todos”, alerta. Lo cual queda a las claras por estos días cuando el mundo entero observa con alarmante preocupación los incendios de la Amazonia que ya tienen 70 mil focos y su humo está llegando a la Argentina.
A principios de mayo de 2019, en París, Díaz copresidió, junto al científico alemán, Josef Settele y al brasileño-estadounidense, Eduardo Brondízio, el informe de la sesión plenaria de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés). Este sostiene que el número de especies en extinción se acelera en todo el mundo, acercándose al millón, y detalla otros síntomas de deterioro de la naturaleza, con potenciales graves consecuencias para la humanidad. El informe fue compilado y recopilado por 145 expertos de todo el mundo, contó con la colaboración de otros 310 autores, y está destinado a los tomadores de decisiones en todos los niveles, ya que considera que vamos hacia un deterioro generalizado de la naturaleza.
Para el jurado, que la declaró ganadora del Premio Fundación Bunge y Born 2019, “Sandra Díaz ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del concepto de diversidad funcional”, al tiempo que “a través de contribuciones teóricas, metodológicas y empíricas, ha demostrado cómo los caracteres biológicos de las plantas vasculares influyen sobre su vulnerabilidad al cambio climático, y las consecuencias que esto trae para el funcionamiento de ecosistemas”.
Lucas Alejandro Garibaldi, doctor en Ciencias Agropecuarias por la Universidad de Buenos Aires, actual director de la Sede Andina del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural de la Universidad Nacional de Río Negro, sostiene que la forma en que se está usando el planeta nos está llevando a un grave problema mundial. Y explicó que el uso de suelos naturales para la actividad agropecuaria que para ello requiere del desmonte de los bosques y selvas es uno de los motivos que se relaciona con los incendios en el Amazonas. Aunque no fue ese el foco de su trabajo, más orientado el uso de agrotóxicos, el científico asegura que los incendios son parte de los costos del uso irracional de la explotación agrícola.
En cuanto a los cultivos observa: “Se producen cereales con siembra directa y agrotóxicos, lo que da una ganancia inmediata, pero se contamina el agua, el suelo lo sufre y la gente pierde los empleos rurales de trabajo intensivo. Luego, la sociedad toda tiene que pagar esos costos sociales, limpiar el agua y el suelo, y atender a las personas que desde el campo pasan a ocupar los cordones urbanos; es decir, todos estamos subsidiando a esos productores que tienen una ganancia inmediata”, asegura.
La solución estaría en practicar cultivos ecológicos: “Los productos orgánicos ya incluyen los costos sociales que implica tener ciertos cuidados. En el mercado mundial hay cada vez más demanda de productos orgánicos, tenemos que estar a la altura de ese mercado”. Por eso, la solución al problema es la intensificación ecológica, que implica alta productividad y está asociado a más vida, a la diversidad, según su mirada.
¿Qué es la intensificación ecológica? Es una forma de cultivo que consiste en dejar actuar a los pesticidas silvestres como los insectos, las aves que depredan pestes, los polinizadores naturales – abejas (hay más de 20.000 especies en el mundo), mariposas, escarabajos-, y promover la fertilidad del suelo.
El jurado destacó su labor y consignó que “con una fuerte impronta cuantitativa y estadística, uno de los aportes más significativos de Lucas consistió en la demostración de que la diversidad y abundancia de polinizadores silvestres son más importantes que la abundancia de la abeja doméstica en el servicio de polinización de muchos cultivos”. Asimismo, el jurado destacó como notable su “interés por difundir y hacer llegar las implicaciones de sus hallazgos científicos a la sociedad”.
El Premio Fundación Bunge y Born reconoce la trayectoria y los aportes de destacados científicos desde 1964 y se ha consolidado como uno de los principales reconocimientos a la actividad científica argentina. El Premio Estímulo, que destaca los aportes de científicos más jóvenes, se entrega, ininterrumpidamente, desde 2001.
Para agendar: la Fundación entregará sus Premios Científicos 2019 en Ecología este miércoles 28 de agosto, a las 19 horas, en el CCK (Sarmiento 151, CABA).
Comments